Ayer, día 11 de junio la Corporación azudense rendía homenaje a los 45 años de la constitución de los ayuntamientos democráticos, un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia de nuestros de municipios.

Desde entonces, Azuqueca de Henares ha experimentado una profunda transformación, basada en los valores de libertad y progreso. La consolidación de la cultura democrática, la mejora en la prestación de los servicios públicos y el aumento de la calidad de vida de los ciudadanos, han sido algunos de los logros más destacados de estas cuatro décadas y media.

El cambio y el progreso experimentado en estos años de democracia se deben en gran medida al trabajo y al esfuerzo de todas las personas que han contribuido a la consolidación de la democracia local. Las nuevas generaciones deben saber que la democracia de la que disfrutamos se levantó sobre los cimientos, la generosidad y el sacrificio de esos hombres y mujeres a los que hoy homenajeamos, grandes servidores de la política de proximidad que marcaron la diferencia en la vida de la gente. Ejemplo de ello, nuestros históricos compañeros Antonio Rico y Petra Arévalo que lucharon, primero en la clandestinidad y luego durante la transición, para lograr esa paz social tan deseada después de años de dictadura y para la consecución de los derechos que mejoraron la vida de la gente.

Celebrar el 45 aniversario de las primeras elecciones municipales y de la constitución de las corporaciones democráticas supone festejar el triunfo de los mejores valores democráticos con los que todos nos identificamos: el diálogo, la participación, la tolerancia, el compromiso, la responsabilidad, el bienestar y el progreso.

En un momento como el actual en el que los cimientos de la DEMOCRACIA tiemblan, debido al auge del autoritarismo en todo el mundo, quienes creemos en esos valores, tenemos el deber de fortalecer las instituciones democráticas, promover el diálogo intercultural y la inclusión social. Es crucial contrarrestar el discurso de odio y la intolerancia, promover el pluralismo y la diversidad, y trabajar juntos para construir sociedades más justas y equitativas. De no hacerlo, el futuro de esa DEMOCRACIA está en juego.